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sábado, 20 de septiembre de 2014

Tabacalera: Trillo versus Kikai



En una semana de intensas actividades culturales,  el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte  ha inaugurado en el espacio de Tabacalera dos exposiciones que ningún aficionado a la fotografía debería perderse. 


Por un lado podemos ver, dentro de la Sala La Fragua, “Retratos de Asakusa” del fotógrafo japonés Hiroh Kikai. Una selección de 55 retratos en blanco y negro de la colección de más de 600 que el artista lleva realizadas en el distrito de Asakusa, en Tokio, que por primera vez son expuestas fuera de su país de origen, Japón. 


En el resto de las naves del edificio destinado a espacio expositivo, se encuentra la obra de Miguel Trillo, “Afluencias. Costa Este-Costa Oste”. Una exposición compuesta por dos series de fotografías, una en color y otra en blanco y negro, que incluyen retratos realizados  en periodos y espacios muy lejanos entre sí, pero con una temática común, la realidad de las tribus urbanas y de las tendencias juveniles que muestran su rebeldía al status central a través de su forma de vestir, de la música y de los lugares en que se reúnen. Al inicio de la exposición podemos ver una serie de imágenes, Las Afueras, realizadas en los años 80 en los barrios periféricos de Madrid y los pueblos más cercanos a la capital. En ellas están presentes algunos de los movimientos culturales y musicales que si bien no formaban parte de “La Movida”, si estaban muy próximos a una juventud más radical y posiblemente menos favorecida económicamente. El heavy, el punk, los grunges o el hip hop fueron algunos de los movimientos que inundaron las calles y las ciudades durante toda una década.



La serie en color, que se exhibe por primera vez, “Coste Este-Costa Oeste”, se corresponde con el trabajo que ha estado realizando Miguel Trillo en los últimos años y que le ha llevado a visitar tres continentes. Los retratos han sido tomados en Africa (Rabat y Casablanca), Asia (Hanói y Saigón, actual Ho Chi Minh), y América (Los Ángeles y Nueva York). 
A través de todas las imágenes que componen la muestra es fácil deducir que ni el tiempo, ni la distancia geográfica que separan a unos jóvenes de otros es tan grande como para que se aprecien las diferencias. Cualquiera de las imágenes podría haber estado realizada en cualquiera de los otros países o en cualquier momento de la historia de las últimos 30 o 35 años. La rebeldía, el inconformismo y el sentimiento de identidad tribal permanecen inalterables, tan sólo cambian los disfraces.
  


Quizás lo más interesante de estas dos exposiciones, fuera aparte de disfrutar del gran trabajo de los dos artistas, sea el poder observar las similitudes y diferencias que existen entre ambos a la hora de trabajar y de mirar un tema como es el del retrato en la calle. Si observamos las imágenes de Trillo, lo primero que resalta es el que sus protagonistas son siempre jóvenes, que están ubicadas en distintos lugares y países, que forman parte de un contexto y han sido realizadas en distintos formatos, según el momento en que fueron tomadas. 

Por su parte, las fotografías de Kikai no corresponden a un tipo concreto de personas, aunque el artista menciona que busca gente a la que sencillamente es imposible pasar por alto, que de alguna manera se signifique entre los demás. Todas sus imágenes están tomadas en el mismo lugar, no sólo en el barrio de Asakusa sino en un lugar concreto del mismo, el tempo de Senso-ji. Las paredes del templo con un tono neutro hacen que el personaje destaque sin que nada perturbe ni contamine la imagen. Todas ellas están realizadas en blanco y negro, no quiere que el color distraiga la mirada de lo realmente importante, y en formato cuadrado 6x6. 

Dicho lo anterior puede parecer que no hay ningún tipo de paralelismo entre los dos fotógrafos provenientes de culturas muy diferentes, pero sin embargo no es así. Ambos llevan realizando el mismo tipo de fotografía durante más de treinta años; ambos hacen retratos directos, generalmente de frente, de seres anónimos; ambos tienen una forma similar de aproximarse a las personas que retratan y de buscar la complicidad de las mismas. Los dos comentaron que suelen llevar una muestra de su trabajo en forma de pequeño libro para mostrar a quienes pretenden fotografiar. Seguramente podríamos buscar muchas más cosas pero creo que ha llegado el momento de dejar que cada una de las personas que visite la exposición realice este ejercicio por sí misma, seguro que le resulta gratificante. 

 ©Miguel Trillo
 ©Hiroh Kikai
 
Por último un poco de información práctica. Ambas muestras permanecerán abiertas al público hasta el 19 de noviembre, de martes a viernes: de 12:00 a 20:00 y sábados, domingos y festivos: de 11:00 a 20:00. La entrada es gratuita.




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