Imagen Portada

Imagen Portada

martes, 13 de febrero de 2018

IGUANA LADY, BIOGRAFÍA DE GRACIELA ITURBIDE EN CLAVE DE NOVELA GRÁFICA


En una sala de exposiciones, dos visitantes admiran una muestra de fotografía. Les extraña que todas las imágenes sean en blanco y negro. Uno de los visitantes se aproxima a la artista, la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, y le pregunta por qué no trabaja con color. “Yo considero el color fantasía. Veo la realidad en blanco y negro”, afirma la fotógrafa.

Así comienza Iguana Lady,, una biografía, en clave de novela gráfica que, a través de los textos de Isabel Quintero y las  ilustraciones de Zeke Peña, descubre  la figura de Iturbide, la fotógrafa mexicana contemporánea más importante, cuyas icónicas imágenes han esparcido la esencia de su país por todo el mundo.

El libro recoge casi cinco décadas de su producción fotográfica. Desvela datos de su biografía que marcaron su forma de aproximarse a la fotografía, los amigos y maestros con los que se forma y colabora, y sus anhelos y motivaciones como fotógrafa.






Graciela Iturbide es un icono de la cultura mexicana. Una fotógrafa que construye imágenes llenas de realismo, alejadas de la magia o el surrealismo, dos términos con los que en ocasiones se han definido sus fotos, aunque ella huye de ambos conceptos.

En 1979, Iturbide realiza su primer proyecto importante, un trabajo sobre los seris, pueblo indígena del desierto de Sonora, prácticamente desaparecido por la influencia de Occidente. En esta serie, a la que pertenece Mujer ángel, una de sus imágenes más conocidas, se pone de manifiesto una de las constantes de la obra de Graciela Iturbide: su capacidad para retratar un espacio intermedio, en el que se cruzan mundos desconocidos, reales e imaginarios. Se trata de una fotografía que se asienta en la realidad pero que a la vez existe en un espacio “interregno”.



Sus imágenes, más allá de documentar la vida mexicana, proporcionan un trasfondo que se compone de diferentes historias, una mezcla de lo indígena y lo poscolonial que ella define como el “tempo mexicano”.

Iguana Lady nos muestra cómo, a raíz de la muerte de su hija, Iturbide abandona el cine para volcarse en la fotografía. El libro recoge también su formación con Manuel Álvarez Bravo, de quien aprenderá a mirar a través del objetivo, y su amistad y colaboración con el pintor Francisco Toledo. Será este precisamente quien le invite a fotografiar a las mujeres de Juchitán, en el estado de Oaxaca, que se convertirá en otra de sus series más representativas.

Iturbide también ha puesto rostro a los mexicanos residentes en la ciudad de Los Ángeles, reivindicando a toda una comunidad atrapada entre dos mundos. La juventud de Tijuana, los ritos religiosos, los oficios paganos, las ceremonias ancestrales como La Mixteca o los paisajes mexicanos son otros de los temas recurrentes de esta artista, que a través de sus series fotográficas se ha convertido en la representante más icónica de México.




Graciela Iturbide nació en 1942 en la Ciudad de México. En 1969 ingresa en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos de la Universidad Autónoma de México para convertirse en directora de cine. Pronto se interesó por el mundo de la fotografía y se formó con Manuel Álvarez Bravo, quien estaba enseñando en la misma universidad. De 1970-71 trabajó como su asistente, acompañándolo en viajes a través de México. A principios de los años 70, Iturbide conoció buena parte de Latinoamérica, en particular Cuba y Panamá.

En 1978, Iturbide fue comisionada por el Archivo Etnográfico del Instituto Nacional Indigenista de México para documentar la población indígena del país. La fotógrafa decidió fotografiar al pueblo seri, un grupo de pescadores nómadas del desierto de Sonora, al noroeste de México y cercano a la frontera con Arizona.




En 1979, el artista Francisco Toledo le invita a fotografiar el pueblo de Juchitán, que forma parte de la cultura zapoteca en Oaxaca, en el sureste mexicano. La serie iniciada en 1979 y continuada hasta 1988 tuvo como resultado la publicación del libro Juchitán de las Mujeres, en 1989, en colaboración con Elena Poniatowska. Entre 1980 y 2000, Iturbide fue invitada a trabajar en Cuba, Alemania Oriental, India, Madagascar, Hungría, París y los Estados Unidos, produciendo un importante número de series fotográficas.

Ha expuesto individualmente en el Centro Pompidou de París (1982), el San Francisco Museum of Modern Art (1990), el Philadelphia Museum of Art (1997), el Paul Getty Museum (2007), la Fundación MAPFRE de Madrid (2009), el Photography Museum Winterthur (2009) y la Barbican Art Gallery (2012), entre otros. Iturbide ha recibido los principales galaoardones fotográficos del mundo. Entre ellos, el premio de la  W. Eugene Smith Memorial Foundation en 1987; el Grand Prix Mois de la Photo en Paris, en 1988; la Guggenheim Fellowship por el proyecto Fiesta y Muerte, en 1988; el Hugo Erfurth Award de Leverkusen, Alemania, en 1989; el International Grand Prize de Hokkaido, Japón, en 1990; el premio de las Rencontres Internationales de la Photographie de Arles, Francia, en 1991; el premio Hasselblad en 2008 y el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Ciudad de México, en 2008. Además, ha sido  Doctora honoris causa en Fotografía por el Columbia College Chicago en 2008 y también en Artes por el San Francisco Art Institute en 2009.