Los Premios Iberoamericanos de Mecenazgo son una iniciativa social, promovida por Fundación Callia, que tiene como misión promover el Mecenazgo a través del ejemplo de grandes mecenas que, desde la humildad y la generosidad, comparten durante los premios su experiencia vital en este campo con el fin de inspirar a otros a través de su ejemplo.
En esta edición de 2024, los galardonados en reconocimiento a su labor de promoción del arte y la cultura son: Antonio del Valle Ruiz, en la categoría española, empresario y coleccionista mexicano fundador del Museo Kaluz, siendo uno de los ejes principales de la colección los artistas exiliados en México en el contexto de la Guerra Civil; María Amalia León, en la categoría latinoamericana, por su contribución a la mejora de la vida de los dominicanos a través de la cultura, las artes, la educación y el respeto al medio ambiente; y Daniel Buren, en la categoría internacional, por su contribución a humanizar los espacios públicos a través de su obra, creando un espíritu crítico en el ciudadano.
La ceremonia solemne de entrega de los Premios tendrá lugar esta tarde 4 de marzo, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, bajo la presidencia de Su Majestad la Reina Doña Sofía.
Una de las secciones que recibe directamente la acción del mecenazgo es la de restauración de obras que requieren de un trabajo minucioso para su conservación. En esta ocasión una de las obras que ha requerido de dichos cuidados y ha sido objeto de Intervención es Misa de San Benito, de Fray Juan Andrés Rizi, (Madrid, 1600 – Montecassino 1681), ca. 1650
Su restauración, que ha incluido limpieza, retirada de repintes y reintegración ha sido realizada por Rafael Alonso Alonso, conservador-restaurador del Museo del Prado durante más de cuatro décadas, cuya labor fue galardonada en 2010 con el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura.
Juan Andrés Rizi, miembro de una familia de artistas de origen italiano, en 1627 ingresó en el monasterio benedictino de Montserrat. Este excelente lienzo testimonio de su estrecha vinculación con la orden fundada por San Benito de Nursia, procede del convento madrileño de San Martín, uno de los primeros monasterios edificados en la capital. A principios del siglo XIX fue expropiado y sacado de España por José Bonaparte. Su destino era formar parte del denominado Museo Napoleón de París, que Napoleón Bonaparte pretendía instalar en el entonces Palacio del Louvre. Fue devuelto a España en 1813.
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