En
una semana de intensas actividades culturales, el Ministerio de Educación, Cultura y
Deporte ha inaugurado en el espacio de
Tabacalera dos exposiciones que ningún aficionado a la fotografía debería
perderse.
Por
un lado podemos ver, dentro de la Sala La Fragua, “Retratos de Asakusa” del fotógrafo japonés Hiroh Kikai. Una selección
de 55 retratos en blanco y negro de la colección de más de 600 que el artista
lleva realizadas en el distrito de Asakusa, en Tokio, que por primera vez son
expuestas fuera de su país de origen, Japón.
En
el resto de las naves del edificio destinado a espacio expositivo, se encuentra
la obra de Miguel Trillo, “Afluencias.
Costa Este-Costa Oste”. Una exposición compuesta por dos series de
fotografías, una en color y otra en blanco y negro, que incluyen retratos
realizados en periodos y espacios muy
lejanos entre sí, pero con una temática común, la realidad de las tribus
urbanas y de las tendencias juveniles que muestran su rebeldía al status
central a través de su forma de vestir, de la música y de los lugares en que se
reúnen. Al inicio de la exposición podemos ver una serie de imágenes, Las Afueras, realizadas en los años 80
en los barrios periféricos de Madrid y los pueblos más cercanos a la capital.
En ellas están presentes algunos de los movimientos culturales y musicales que
si bien no formaban parte de “La Movida”, si estaban muy próximos a una
juventud más radical y posiblemente menos favorecida económicamente. El heavy,
el punk, los grunges o el hip hop fueron algunos de los movimientos que inundaron
las calles y las ciudades durante toda una década.
La
serie en color, que se exhibe por primera vez, “Coste Este-Costa Oeste”, se
corresponde con el trabajo que ha estado realizando Miguel Trillo en los
últimos años y que le ha llevado a visitar tres continentes. Los retratos han
sido tomados en Africa (Rabat y Casablanca), Asia (Hanói y Saigón, actual Ho
Chi Minh), y América (Los Ángeles y Nueva York).
A
través de todas las imágenes que componen la muestra es fácil deducir que ni el
tiempo, ni la distancia geográfica que separan a unos jóvenes de otros es tan
grande como para que se aprecien las diferencias. Cualquiera de las imágenes
podría haber estado realizada en cualquiera de los otros países o en cualquier
momento de la historia de las últimos 30 o 35 años. La rebeldía, el
inconformismo y el sentimiento de identidad tribal permanecen inalterables, tan
sólo cambian los disfraces.
Quizás
lo más interesante de estas dos exposiciones, fuera aparte de disfrutar del
gran trabajo de los dos artistas, sea el poder observar las similitudes y
diferencias que existen entre ambos a la hora de trabajar y de mirar un tema
como es el del retrato en la calle. Si observamos las imágenes de Trillo, lo
primero que resalta es el que sus protagonistas son siempre jóvenes, que están
ubicadas en distintos lugares y países, que forman parte de un contexto y han
sido realizadas en distintos formatos, según el momento en que fueron tomadas.
Por
su parte, las fotografías de Kikai no corresponden a un tipo concreto de
personas, aunque el artista menciona que busca gente a la que sencillamente es
imposible pasar por alto, que de alguna manera se signifique entre los demás.
Todas sus imágenes están tomadas en el mismo lugar, no sólo en el barrio de
Asakusa sino en un lugar concreto del mismo, el tempo de Senso-ji. Las paredes
del templo con un tono neutro hacen que el personaje destaque sin que nada
perturbe ni contamine la imagen. Todas ellas están realizadas en blanco y
negro, no quiere que el color distraiga la mirada de lo realmente importante, y
en formato cuadrado 6x6.
Dicho
lo anterior puede parecer que no hay ningún tipo de paralelismo entre los dos
fotógrafos provenientes de culturas muy diferentes, pero sin embargo no es así.
Ambos llevan realizando el mismo tipo de fotografía durante más de treinta años;
ambos hacen retratos directos, generalmente de frente, de seres anónimos; ambos
tienen una forma similar de aproximarse a las personas que retratan y de buscar
la complicidad de las mismas. Los dos comentaron que suelen llevar una muestra
de su trabajo en forma de pequeño libro para mostrar a quienes pretenden
fotografiar. Seguramente podríamos buscar muchas más cosas pero creo que ha
llegado el momento de dejar que cada una de las personas que visite la exposición
realice este ejercicio por sí misma, seguro que le resulta gratificante.
©Miguel Trillo
©Hiroh Kikai
Por
último un poco de información práctica. Ambas muestras permanecerán abiertas al
público hasta el 19 de noviembre, de martes a viernes: de 12:00 a 20:00 y
sábados, domingos y festivos: de 11:00 a 20:00. La entrada es gratuita.
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