La Editorial LA FABRICA acaba de
publicar dos nuevos libros de la colección PHotoBolsillo, uno dedicado a Jean
Marie del Moral y el otro a la fotógrafa suiza Barbara Brändli.
Jean Marie del Moral ha publicado
libros de los estudios de Miró, Picasso y Van Gogh, y es célebre colaborador
de, entre otros, Vogue, World of Interiors, El País y Madame Figaro. Su obra
fotográfica está presente en colecciones tanto públicas como privadas de todo
el mundo.
Esta colección de fotografías de
Jean Marie del Moral es un recorrido a través de su obra, desde sus famosas
fotografías de artistas y estudios —Miró, Dalí, Miquel Barceló, Joana
Vasconcelos, James HD Brown, Joan Mitchell, Esther Ferrer, Antonio Saura,
Miguel Ángel Campano, Ai Weiwei, Antonio López, Roy Lichtenstein…— hasta sus
escenas callejeras de Moscú, Nueva York, París, Montreal o Pekín, menos
conocidas pero igualmente brillantes, poéticas y sorprendentes.
El trabajo de Barbara Brändli
(Schaffhausen, Suiza, 1932 - Caracas 2011) gira en torno a una Venezuela
múltiple, contradictoria y cambiante, nunca estática: la Venezuela de los
indios Ye’kuana, Sanemá y Yanomamï; la del ballet de Grishka Holguín y Sonia
Sanoja; la Venezuela urbanita, ajetreada y caótica de Caracas; la de las
tradiciones artesanales, que poco a poco se van perdiendo; la de los personajes
de la actualidad política, social y cultural del país; la de los campesinos
andinos, habitantes de páramos tocados por la neblina y cada vez más
despoblados...
A pesar de lo extenso y ecléctico
de su obra, Brändli se empeñó en mostrar el inmenso valor humano de la
«Venezuela distante», en palabras del historiador Michel Otayek, autor del
texto de introducción, tan difícil de vislumbrar desde la vertiginosa
modernidad Caraqueña en una época en la que el país llevaba a cabo ambiciosas
políticas de desarrollismo.
Su obra se ha comparado con la de
Isabel Muñoz por su sensibilidad hacia el movimiento y el dinamismo, con sus
estudios de ballet contemporáneo y sus potentes imágenes de las tribus de la
Amazonía venezolana. En una ocasión afirmó: «No sé fotografiar objetos
inmóviles. Puedo registrar un cenicero o una lámpara, pero no ocurre nada con
eso [...] con las cosas que no se mueven estoy perdida».
La dedicación de Brändli a la danza
escénica venezolana, la unió a una generación pionera de fotógrafos
representada por los nombres de Fidias Elías, Pierre Mauguin y Miro Antón, que
se adelantaron en el conocimiento y la práctica de congelar en el tiempo
preciso una acción corporal.
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