La Fábrica y el Banco
Industrial de Guatemala coeditan un volumen que recorre la evolución artística
de uno de los nombres clave de la fotografía latinoamericana: Luis González
Palma.
Pocos artistas guatemaltecos
han tenido una trayectoria nacional e internacional como suya, presentando una
profunda reflexión sobre la mirada artística guatemalteca y su historia desde
finales del siglo XX hasta principios del siglo XXI. Este libro, que se publica
en un momento histórico de su recorrido artístico, resume su obra desde sus
primeros pasos hasta la actualidad y completa su trabajo con textos exclusivos
de los comisarios y escritores Laura Catelli, Oliva María Rubio, Francisco
Nájera, Christian Viveros-Fauné y Cecilia Fajardo-Hill.
A principios de los años
noventa, Luis González Palma comenzó a perfilarse como uno de los creadores más
interesantes de Latinoamérica. Sus imágenes, híbridos entre la instalación, el
objeto y la fotografía, se erigieron como contestatarias, huyendo de la
autoridad del trabajo documental. En este libro se dan cita imágenes alteradas
y tratadas químicamente con materiales como el oro y la plata en series tan
representativas como Lotería, Miradas críticas, Acariciando la angustia,
Jerarquías de intimidad, La luz de la mente, Proyecto Necker, o Möbius, entre
otras.
El libro se divide en tres
capítulos que analizan cronológicamente sendas etapas creativas de la obra de
González Palma. En el primero, que cubre la etapa entre 1988 y 2001, se
presentan retratos con reminiscencias barrocas a nativos mayaguatemaltecos en
los que el artista explora el trauma, el
silencio o el sentimiento de pérdidas irreparables e irreversibles, fruto de la
violencia sufrida en la historia reciente de su país. Imágenes decadentes en
sepia protagonizadas por cautivadoras miradas que suponen la representación
artística del mundo indígena.
«En sus imágenes encontramos
esa primera extrañeza en los temas. Como extrañados en el lugar, en el espacio,
se hallan los personajes y objetos que pueblan su obra. Figuras oscuras de
profundos ojos negros llenos de tristeza y de melancolía, pero también de
esperanza, parecían seres extraños, extraterrenales y, sin embargo, estaban
anclados en el tiempo, en la historia de un país traspasado por siglos de
conquista, guerra y sufrimiento. En sus ojos escrutadores parecían condensar
fragmentos de una historia tan lejana como próxima. Objetos solitarios
laminados en oro o con betún de judea impregnan sus imágenes de un aire de
aparición, entre lo real y lo imaginario, lo vivido y lo soñado.», explica
Oliva María Rubio en el volumen.
El segundo capítulo cubre
los años comprendidos entre 2002 y 2012, con el artista ya establecido en
Córdoba (Argentina). En él se puede ver cómo su obra comienza a transitar por
un camino que lo lleva de lo popular a lo íntimo. Los mayaguatemaltecos son
sustituidos por ensoñaciones, puestas en
escena que enfatizan la incomunicación, el encierro interior y la frustración
de la pasión amorosa con una consecuente carga de angustia y de deseo
insatisfecho. Dípticos, instalaciones e imágenes alteradas en los que el
artista indaga en su tema recurrente: del deseo insatisfecho.
El tercer y último capítulo
recoge Möbius, su trabajo más reciente en proceso desde 2013. En Möbius
experimenta con la abstracción
interviniendo fotografías antiguas y nuevas a través del uso de figuras
geométricas y del color que remiten, entre otros, al concretismo y neoconcretismo
brasileño.
Sobre el autor
Luis González Palma (Ciudad
de Guatemala, 1957) recibió una educación católica en el seno de una familia de
una clase media con ciertos privilegios (ladinos), donde pronto comenzaría a
interesarse por el arte. Estudió arquitectura en la Universidad de San Carlos
en Guatemala, profesión que interrumpiría por la fotografía. En 1992 viajó a
Francia para realizar una residencia en el Cité Internacional des Arts de París
y en 1995 realizaría otra en el Centre D´Art Chateaux Bechevelle de Burdeos. A
su vuelta a Guatemala, en 1998, cofunda el espacio de arte contemporáneo
Colloquia.
En 1999 recibe el Premio
PHotoEspaña, que reconoce a grandes fotógrafos contemporáneos. En 2001 marcha a
Córdoba (Argentina) donde comienza a trabajar en colaboración con Graciela De
Oliveira en varios proyectos. Su obra ha
sido expuesta en The Art Institute of Chicago, The Australian Centre for
Photography, el Palacio de Bellas Artes de México o The Royal Festival Hall de
Londres, entre muchos otros. Ha participado en festivales como Les Rencontres
de Arles, el Photofest de Houston, el Festival de Bratislava en Eslovaquia o
PHotoEspaña.
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